domingo, 12 de junio de 2016

queja número 10. la vuelta


...sino palabras simples
de arroyo de raíces
que en vez de separarnos
nos acerquen un poco
oliverio girondo


siempre volvemos.

acá estoy, ergo, en el ruedo de mis molestias, de mis malestares, de las enfermedades que padezco gracias a la cajita negra del inconsciente. y del afuera, de este paisito en el que vivo. entre los dos el combo es complicado.

un mal que dura cien años, me digo. porque a veces el tiempo engulle todo alrededor y somos una simple presita en la mira de.

estos tiempos son de esa índole: duros, ásperos, de una voz con carraspera que no acaba de limpiarse del todo.

y, entonces, mi vuelta, mi vueltita al mundo, al mío, en diez añitos, me dice que tenemos una memoria de insecto, que olvidamos quiénes somos, que no sabemos trabajar en equipo, que existe en estas tierras siempre barbáricas una línea divisoria que nos aparta en vez de volvernos hermanos, y, que, esa línea, invisible pero más táctil y concreta que el obelisco, nos lacera como grupo humano, como sociedad.

y, sí, hablo de estos últimos tiempos. hablo de su parentesco con otra década democrática también infame.

alrededor el aire apesta. a incomprensión.

¿será que nos cercenaron desde el nacimiento la posibilidad de un camino propio?¿será que todo está tan sucio desde siempre que esta tierra va a condenar eternamente a la prole del viejo continente que acá se queda? pregunta sin demasiado sentido, más del orden de lo mítico, de lo religioso, que de lo que nos pasa hoy. aunque algo de eso tiene que haber.

cómo se hace con un país que en los tiempos que corren, corre, y sin saber detrás de quién. cómo se hace para lidiar con esta bola gigante en la que estamos metidos para seguir creyendo.

no sé cómo, pero se cree. pese a toda oscuridad, pese al malevaje financiero y las mentiras de que el que quiere puede. nada de eso. el que quiere, intenta, y a veces no puede. y cuando no puede le resulta difícil sostener la permanencia de sus convicciones maltratadas una y otra vez por una realidad sorda.

creo que no estoy diciendo nada.

creo que necesito decir.

creo que creo.

y subo las escaleras arriba.

y bajo las escaleras abajo.